Enfermedades oftalmológicas

¿Qué es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)?

La DMAE es una enfermedad hereditaria y neurodegenerativa que afecta a la mácula, es decir, la zona encargada de asegurar una visión adecuada de los objetos que se encuentran enfrente. Aunque suele cursar sin dolor, provoca la muerte de las células en esta parte del ojo, degradando progresivamente la agudeza de la visión central y, con ello, la capacidad de realizar acciones como leer, ver la televisión o conducir. Sin embargo, los pacientes con DMAE suelen mantener su visión lateral o periférica con normalidad. A pesar de que la degeneración macular está directamente asociada al envejecimiento y se presenta en muchos casos como consecuencia del envejecimiento natural de la persona, algunas investigaciones indican que existen otros factores que contribuyen a su aparición. En concreto, se ha determinado que puede existir un componente genético en la aparición de la enfermedad, así como factores de riesgo asociados como la hipertensión arterial, la obesidad o el tabaquismo (este último, un factor que aumenta en hasta 5 veces el riesgo de padecer la enfermedad).

Existen dos tipos de DMAE, siendo posible que un paciente padezca uno de ellos y, posteriormente, el otro:

• DMAE seca o atrófica: es la forma más habitual (85 % de los casos, aproximadamente) y está causada por una pérdida progresiva en la mácula que, con el tiempo, va perdiendo grosor, provocando la acumulación de desechos o drusas que causan el atrofiamiento de la zona macular.
• DMAE húmeda o exudativa: es una variante menos común, pero de avance más rápido y pronóstico habitualmente más grave. Este tipo de DMAE se caracteriza por la aparición de nuevos vasos sanguíneos frágiles que, al sangrar y perder líquido con facilitad, ponen en peligro severamente la visión del paciente.

Síntomas

El deterioro gradual de la visión a lo largo de meses o años suele servir para indicar un posible caso de DMAE. Otros síntomas pueden ser:

• Distorsiones visuales y pérdida de agudez visual
• Reducida sensibilidad al contraste
• Dificultades en la distinción de colores del espectro rojo-verde
• Afectaciones en el campo visual

Tratamiento

La DMAE húmeda puede tratarse eficazmente gracias al desarrollo de nuevos fármacos antiangiogénicos, que se inyectan en el interior del ojo (inyecciones intravítreas) e inhiben la formación de nuevos vasos sanguíneos. Es muy importante una detección precoz de la DMAE húmeda, ya que, una vez se llega a los estadios avanzados de la enfermedad, resulta muy difícil evitar la pérdida de visión. Por tanto, tratarla en etapas tempranas es clave para procurar mantener (e incluso recuperar) la visión.

En cuanto a la DMAE seca, actualmente no existe un método efectivo para tratarla. Sin embargo, una opción que puede contribuir a enlentecer la DMAE seca es la prescripción por parte del oftalmólogo de determinados suplementos de vitaminas antioxidantes, que ayudan a proteger la retina (vitaminas C y E, luteína, zeaxantina, etc.). Actualmente hay estudios que están testando la aplicación de fármacos de inyección intravítrea para controlar la progresión de la DMAE seca en determinados pacientes.